Lucía se concentró hasta el límite del cansancio, pero en determinado momento despertó sin saber cuándo ni cuánto había dormido. Era de día y seguía sintiéndose cansada. Decidió dormir. Pensó, ¿qué puede importar dormir de día, si podemos engañar al sol con el sencillo desliz de una persiana?
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