Iniciación

El principio está aquí. Si quieres seguir este blog puedes hacerlo abajo del todo, y si eres de quienes prefieren amenizar la lectura con un poco de hilo musical, pincha aquí. Puedes distribuir, exhibir y representar parcial o completamente La Habitación Oscura, siempre y cuando cites mi autoría, me consultes previamente, y no la uses para hacer una obra derivada ni con fines comerciales.

II

Naturalmente, Lucía encontró que las cuartillas no guardaban ningún orden aparente. Las hojeó vagamente mientras tomaba un café caliente en el trabajo. Al llegar a casa, por la noche, lo primero que hizo fue soltar aquellos papeles sin sentido en la mesa de su salón. Se preparó algo de cenar y comió intranquila, con la mente distraída en vagas ensoñaciones. El sonido de la televisión le parecía lejano y difuso. En cuanto terminó la cena, apagó el interruptor y se centró en las cuartillas que estaban dispersas en la mesa. Estaban escritas con una caligrafía rápida y apasionada, una letra que se tachaba numerosas veces a sí misma, tanto que algunas cuartillas resultaban inservibles; Lucía tenía la ligera y excitante sensación de la aventura. Poco a poco fue enlazando las hojas y, tras un largo rato, logró descifrar el mensaje.

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